
Del juicio del gusto no se hable más. Ya estoy asqueada, de esto, de aquello, de todo, de nada.
No pretendo volver sobre el asunto y comprender porqué la mesa de mi cuarto parece la hoguera en la que ardo cada madrugada, con tu presencia ausente, como todo lo que te concierne. Y así , no es bella.
Hace días que una mariposa amarilla me persigue, no se si es tu fantasma, o solo es mi pálida esperanza de convertirme en margarita una vez al mes. Incluso sabiendo que odio la primavera.
Sonríe irónico el espejo cuando lo miro de costado y no encuentro la imagen de todos los mundos que conozco [como una mariposa].
Si mis años duraran v-e-i-n-t-i-c-u-a-t-r-o horas, serían siglos los que pierdo por mis bolsillos rotos, por mis zapatos gastados. Que poco a poco, son alas.
Alas que no vuelan, que no cantan, que no callan...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario