Ahora, la hora de la carne viva debajo de las grietas terrenas y olvidadas.
En el segundo del olvido infinito
del llanto
del silencio
del dolor sin medida ni palabras.
Ahora, que la cercanía y la distancia no se repelen
y corren juntas en un sin-sentido desaforado...
Ahora que incluso no me alcanza con dejar de ver
justo ahora: nada...