miércoles, julio 24, 2013

Cabeza

Veo lejano el momento del refugio, lejano pero insoportablemente presente en cada pared. Lejano y presente. Inexplicable como cada movimiento circular del vapor blanquecino, del pensamiento silente, de la mirada distante y perdida dentro una ventana, fuera de ella, más alla...donde no existen mas miradas, ni mas imágenes que mirar. Cada negación es un poco de moho enraizado a las paredes, de eso que se pudre en mis manos, en mi cabeza. Soy las paredes en las que reviento en mil pedazos, soy eso que encarcela buscando razones irracionales, viscerales.