Bailar

Giramos, entre seres inquietos,
el tiempo se detiene,
se desliza lentamente en nuestros labios...

Tus brazos me rodean,
tus brazos nos envuelven
en el aroma de sonidos lejanos.

Bailar es quedar inmovil,
desarmada,
en tí...

Ciudad de tí

En la ciudad de tus brazos
la ciudad del silencio entre cortado

sin aire
sin frío

Somos dos sombras hundidas
en sí mismas...

Somos dos palabras insesantes
que brotan en mis instantes impensables,
insondables, infinitos:
te quiero....

Noche

Me encuentro entre tus manos y la pared,
que me acorralan en el cálido aliento de la oscuridad
que nos refugia,
que me enreda en tus brazos y en mis pensamientos (tus labios...)

Te encuentro entre la pared y mi sombra agitada,
de sonidos cortos, precisos;
entre mi piel trémula y tu tacto preciso.
entre tu sonrisa y mis labios.

Instante

Transita en mis poros el rastro de tus manos
que se diluye insesantemente
en la imagen de tus labios entre cerrados,
de tus silencios abiertos,
de mis ojos callados.

Y justo ahora,
te ansían los espacios en los que te respiro,
lenta y humedamente.

Justo ahora,
en éste instante,
oscuro y tibio,
que rodea mis senos,
mis hombros,
mi espalda
en éste instante
que exhala tu nombre
en mi piel,
en éste instante
que mi piel exhala tu nombre.

Me es imposible definir:

Cuál es el momento exacto en el que me pierdo
entre el vino y tus labios.

La inexplicable figura
que forman nuestras sombras
en las paredes impensadas, impensables...

Las palabras, que emanan inagotablemente
y te acarician sin permiso,
sin ayuda,
sin restricción...

Me es imposible definir,
los instantes en los que
me enredo en tus caricias
y en el aire que exhalas.

Es imposible definirnos,
sólo con palabras.

Secuencia de imagenes

Encuentro en tu piel
un código indescifrable de imagenes
que me susurran silencios y miradas,
revolotean por mis manos y se deslizan lentamente,
acariciando las paredes...

Encuentro el código de tu risa,
el rastro de mis labios en tu imagen,
el rastro de tus labios en mi piel...

Las palabras perdidas,
pensadas,
laberínticas,
se encuentran y se dicen solas...

Un hilo de luz desnuda mis hombros,
deshila mis pensamientos,
despeina mis cabellos,
apacigua el vacío,
y me entrega transparente a tus manos.

No verbal...

Recorres con los dedos mi piel, bajo los silencios lentamente desnudos, encuentras mis pechos y el reflejo húmedo de mi sombra. Conozco los minutos de tus labios, que rozan mis palabras, hoy un poco más...

Agosto

Se apagan las luces.
Qué sino tus manos, recorren mis hombros y deslizan mi silencio hasta el abismo más profundo, el sillón.
Ahí, en el silencio, te encuentro repentinamente cubierto de mi sombra, de mis manos.

El líquido sombrío de la luz, resbala por tu espalda
y despacio
sin preguntar,
me deja sin palabras.

31 de julio

Pierdo en el rastro de tu aroma
la linea de mis pensamientos,
las palabras posibles,
las miradas calladas.

Pierdo mis labios en el silencio de tus labios,
me dibujas sin querer...

Y te nombro en mi piel,
donde tu nombre se diluye en mi nombre,
con mis manos que son tuyas,
con mis labios que son tuyos...

Eco

Naufrágo en tu remanso una vez más,
encuentro todo existiendo ciegamente,
en la oscuridad invisible a mis manos.

¿Cómo se repiten sin control tus palabras vacías
y me apuñalan?
Por la espalda, siempre por la espalda.

Perforándo la arena,
de sal,
de silencio,
de ausencia,
de tu ausencia...

Inevitabilidad

Es el humo de ésta vida que se consume a sí misma,
que carcome cada uno de mis huesos.
La imagen de los espejos es silencio negro.
Cada insulsa palabra se guarda
en el polvo que despido al caminar,
por que cada paso está violado,
por que cada paso es el siguiente abismo
que desconozco.

Cercanía

Por qué tan lejos (en el mar) no te encuentro,
mirándote.

No te encuentro perdiéndome en tus brazos cerrados,
pero conmigo
pero en mi.

Tu silencio me observa
y me envuelve en tu imagen de palabras,
sin querer te estoy hablando
y soy tu sombra
y no existo.

Por qué tan cerca te toco y te desvaneces,
y me diluyo
y no te encuentro, tocándote

Vacíos

Le hago el triste amor
al tango de tu imagen,
que conoce el sabor de tus labios.
Enredo mis cabellos entre tu sombra
y la ausencia de tus brazos.

Esencial

Creo que olvido que soy transparente,
mientras tengo tu intemporabilidad a mi alrededor.
Si vale pensar algo hoy, pienso en tí.

Te veo en todo lo que ahora me rodea e inevitablemente,
estoy en tí.
Si mis manos no te tocan
y mis besos no te besan
y solamente el aire es el que en mi lugar te acaricia,
¿no es acaso solamente una sensación en la que estoy?
Es muy posible.
Tengo algo que decirte, inombrable...
tengo algo que decirte, pero callo,
y de muchas formas esa es mi única manera de existir,
al menos de existir en tí: callando.
Entonces pronuncias mi nombre y existo más de lo que soy capaz yo sola de existir.
Me pronuncias en esencia y me traes a ser.
Soy en tu voz por un instante,
soy en tus ojos todo lo que al final no veo.
(No es una sensación, estoy segura)
¿Qué puedo darte en silencio sin perderte?
Qué puedo decirte, si tu eres quien me dice...

Quisiera ganar en mis labios,
las palabras que al final dices.

Eres la hoja en blanco
que me desnuda,
que miro y no escribo.
Aunque te digo en cada silencio,
no estas.
Te busco

Simple

Te pienso.
Como la idea que se piensa a sí misma
circularmente giras en mi cabeza,
rozas mis labios,
recorres mi cuello,
besas mis hombros.

Al menos así lo imagino.

Luego te veo y cada milímetro de mi piel, tiembla.
Pero, cómo telúricamente hablando provocas esto?

Más movimiento,
menos latidos,
menos palabras,
me pierdo en tus ojos....
en tu voz.

Inconteniblemente cierto.
Creo que me pierdo en un vacío que existe,
como Todo,
como Nada.

Espera

Miro el reloj por sexta vez en dos minutos. No apareces.

Tengo que lidiar con los fantasmas conocidos y algunos nuevos, otra vez.
Se me va olvidando tu rostro, pero recuerdo muy bien que tengo que esperarte...
Se me olvida la paciencia y queda el dolor del vacío inédito, del lacerante tiempo ausente y circular.

Miro el reloj otra vez, aunque ya perdí la cuenta hace mucho de cuánto tiempo te espero y de cuántas veces ya miré el reloj.

Miro, miro, miro...y por más que busque en las manecillas del reloj, en los números parpadeantes, en la posición del sol, no apareces.

Tu ausencia se hace más grande y más oscura, más distante.

Quisiera

Callada y con la mirada baja no encuentro lo que busco,
porque definitivamente no está donde lo busco.

¿Quién conoce la verdadera ubicación de aquello que perdió sin darse cuenta?
De aquello que perdió antes de haberlo encontrado.

Quisiera no soportar este vacío augurio de infamia.

No caminar en los días de febrero,
en los que es tan común estar vivo,
que podría considerarse una alegría el respirar.

No respirar por donde camino,
porque no se debe volver al lugar en el que fuiste feliz.

LA DISTANCIA

Que el maestro Calamaro hable hoy por mí.

L. :

Nunca más oiste tú hablar de mí

en cambio yo seguí pensando en tí

de toda esa nostalgia que quedó

tanto tiempo ya pasó y nunca te olvidé

Cuantas veces yo pensé volver

y decir que de mi amor nada cambió

pero mi silencio fue mayor

y en la distancia muero día a día

sin saberlo tú

El rezo de ese nuestro amor quedó

muy lejos olvidado para tí

si alguna vez mi amor piensas en mí

ten presente al recordar que nunca te olvidé

viviendo en el pasado aún estoy

aunque todo ya pasó se que no te olvidaré

Cuantas veces yo pensé volver

y decir que de mi amor nada cambió

pero mi silencio fue mayor

y en la distancia muero día a día

sin saberlo tú

Pensé en dejar de amarte de una vez

fue algo tan difícil para mí

si alguna vez mi amor piensas en mí

ten presente al recordar que nunca te olvidé

Cuantas veces yo pensé volvery decir que de mi amor nada cambió

pero mi silencio fue mayor

y en la distancia muero día a día

sin saberlo tú

Cuantas veces yo pensé volver

y decir que de mi amor nada cambió

pero mi silencio fue mayor

y en la distancia muero día a día

sin saberlo tú.

Tiempo oficial de retornos:

Dos años.

Cada día más largo que el siguiente.
Hoy es mañana y todos los días que te espero.
Porque te espero sin querer y te quiero sin esperar, todos los días.
Sin esperar este vacío que me consume, ésta tu ausencia que me posee,
sin tí, siempre sin tí.

Soy la flor :
que no duerme en tus manos,
que exhala tus suspiros,
que reposa y muere.

Soy el vuelo:
de tus alas perdidas lejanas a mí,
de mis pétalos despeinados,
de mis alas rotas.

Soy tu espera.
Soy tu ausencia.

En tus labios

Cada minuto es más tuyo que del tiempo
y te añoran los relojes de mis alas.

Cómo eres las palabras sin decirlo.
Cómo eres el silencio a gritos.

El silencio de estas palabras
que no pronunciaré jamás en tus labios.

Tienes entre sonrisas,
lo que no alcanzo con el aire.
Se desvanecen
en laberínticas muertes
los sonidos que no te pertenecen.

6 de enero

Esta, es una más de las sombras que se ocultan bajo la sombra.
¿Cómo pronunciar tu nombre sin pensarme contigo ?

2 de noviembre 2005

Entro en laberintos cápsula, sin cabida a puertas innecesarias. Salir no es una de mis opciones.
Esta ausencia tortuosa, desgarra en gritos cocidos mis pobres horas.
¿Cómo continúa el tiempo cansado de mí, caminando por todos los rincones?
Hoy me pesa la piel al saberme errante exiliada voluntaria.
Resuena el eco anacrónico. Estás aquí.
Tu voz un poco ausente me devuelve palabras perdidas.