
Naufrágo en tu remanso una vez más,
encuentro todo existiendo ciegamente,
en la oscuridad invisible a mis manos.
¿Cómo se repiten sin control tus palabras vacías
y me apuñalan?
Por la espalda, siempre por la espalda.
Perforándo la arena,
de sal,
de silencio,
de ausencia,
de tu ausencia...